lunes, 21 de abril de 2014

Fallech (III)




Un corro de niños se escucha a lo lejos, la penumbra absoluta revelar luz poco a poco. Primero colores, y luego formas difusas, son niños, o mejor dicho, somos niños; estamos todos en el patio de servicio de la mansión, al parecer he viajado en el tiempo, o es mi vida previa, no lo sé. Estamos todos tomados de las manos y cantando a gritos, yo también conozco los estribillos que cantan los demás niños, aunque en mi vida los había escuchado...


Fallech es ciego y mudo

Las sombras son su escudo
Se lleva a los niños
Los come con aliños
Y así inicia el juego
Escóndete del ciego!

Todos corrimos a escondernos dentro de la casa, me asombró lo bien que la conocía, la tenía grabada en mi mente, palmo a palmo, todo me era familiar, el cuadro del barco en la tormenta en el corredor, las ninfas medio desnudas que te miran desde el jardín en el cuadro de la sala principal… Mis pies y la ligereza de mi corta edad me dirigieron a la estancia más alejada de la casa, donde se guarda la mantelería y la vajilla para ocasiones especiales; esta estancia no se usa mucho, así que pensé que nadie me encontraría aquí.

Procuré hacer el menor ruido al ingresar para que el crujir de la madera del piso no delatara mi presencia, ya que si un adulto se enteraba  que estaba en esa habitación me sacaría tomándome de las orejas mientras me advierte que no debo estar ahí porque puedo romper algo de la valiosa cerámica celosamente guardada.

Me escondí detrás de una pesada cortina con labrados geométricos, y tuve tanta suerte de que una polilla haya carcomido un pequeño agujero que me permitiría ver desde mi seguro escondite si alguien ingresa en la habitación.

***

Ya ha pasado algún tiempo, no sé cuánto, y yo sigo aquí esperando a que me encuentren; yo sabía perfectamente que quién nos buscaba no era humano, Fallech no era para nada humano, era mudo y ciego, solamente conocía eso, no tenía idea de su aspecto.

Al ver que ya había pasado un tiempo considerable sin que nadie me encontrase me disponía a salir de mi escondite a ver qué había sucedido, justo en ese momento fue cuando vi una figura raquítica que daba tumbos por las paredes mientras gruñía en voz baja, lo vi entrar en la habitación, ¡Era Fallech! Un ser calvo y viejo, de piel tan clara que reflejaba intensamente la luz, sus ojos estaban totalmente cubiertos por una densa nube blanca, yo lo vi por el agujero en la cortina, lo vi cuando se paró en frente mío sin advertir mi presencia, olía a tierra mojada, a hierba y barro podrido.

Fallech se movía silenciosa y lentamente por la habitación, tocaba las cosas como intentando dibujar mentalmente todos los objetos con detalle. Su pútrido olor se volvió tan penetrante que tuve que contener la respiración para evitar una arcada por el asco que me producía aquel hedor; Fallech no debía verme, no debía saber dónde estoy, me llevaría consigo si me descubre…

Mis pulmones ya habían consumido casi todo el oxígeno de la bocanada de aire que había tomado cuando Fallech entró. Necesitaba respirar nuevamente, ¡y con urgencia! Pero no podía, el mínimo sonido alertaría a Fallech y me encontraría, debo ser fuerte y aguantar, ¡pero no puedo sostener mi respiración por mucho más!

Por algún motivo Fallech no volvió a acercarse a las cortinas, ni las tocó, puede que no se percató de su existencia. Él había terminado ya de recorrer con sus huesudas manos todos los muebles, de modo que se disponía a salir de la habitación con su lento caminar; yo no pude contener más el aliento y me arriesgué a soltar lentamente el aire por la nariz, esperando que Fallech no me escuche, y así lo hice, lentamente exhalaba, todo parecía ir bien, Fallech se dirigía a la puerta y pareció no escucharme… ahora, inhalar de nuevo, lentamente para no hacer ruido, tendría que aguantar aspirar el desagradable aroma que ya había inundado la habitación, pero no fui capaz de hacerlo tan silenciosamente. Cuando me dispuse a inhalar Fallech se detuvo, ¡me había escuchado! Me quedé a medio camino de llenar mis pulmones. La mezcla del susto por ser escuchado, el olor a podredumbre y la necesidad de oxígeno hicieron que tomara un sorbo de aire involuntariamente ruidoso... Es muy tarde, él ya sabe que estoy aquí, me escuchó ¡y ahora se dirige hacia mi escondite!

***

Siento calor en mi frente y algo que se escurre por mis cejas, ¡es sangre! Recuerdo que Shachath ¡me había perforado el cráneo!, el dolor acaba de llegar, veo nubes de colores, mis oídos captan un tono agudo similar a un zumbido molesto…  Quedo tendido en el piso mientras Fallech se acerca a mí, es el fin. Él se sienta en mi pecho y con sus dedos extrae mi cerebro por el pequeño agujero y se lo come. Todo se desvanece, el silencio llega y la oscuridad inunda mis ojos.



**** Informe del Forense ******


Hombre de mediana con edad un hoyo de 4cm de diámetro en la frente, el cerebro ha sido extraído en su totalidad, encontrándose la cavidad craneal completamente vacía.
El hombre fue hallado hoy, a las 3pm, recostado sobre su cama, no da muestras de forcejeo ni existen rastros de sangre a la vista, las paredes de la habitación se encuentran recubiertas con extraños símbolos y grafos, al parecer el hombre ha sido víctima de alguna secta satánica.


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- Aquí tiene detective, entregue este informe en la comisaría y comunique lo antes posible a los dueños de la mansión.

-  Así lo haré jefe.

Una cosa más, ¿vio usted a la cabra que está en el patio trasero? Busque alguien que se haga cargo de ella, ese golpeteo que hace contra el muro me está provocando una migraña, esa cabra debe estar loca.


- No la culpo jefe, no debe haber comido en días, pobre, mírela, está lamiendo el muro.


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