Un corro de
niños se escucha a lo lejos, la penumbra absoluta revelar luz poco a poco. Primero
colores, y luego formas difusas, son niños, o mejor dicho, somos niños; estamos
todos en el patio de servicio de la mansión, al parecer he viajado en el
tiempo, o es mi vida previa, no lo sé. Estamos todos tomados de las manos y
cantando a gritos, yo también conozco los estribillos que cantan los demás
niños, aunque en mi vida los había escuchado...
Fallech es ciego y mudo
Las sombras
son su escudo
Se lleva a
los niños
Los come
con aliños
Y así
inicia el juego
Escóndete
del ciego!
Todos
corrimos a escondernos dentro de la casa, me asombró lo bien que la conocía, la
tenía grabada en mi mente, palmo a palmo, todo me era familiar, el cuadro del
barco en la tormenta en el corredor, las ninfas medio desnudas que te miran
desde el jardín en el cuadro de la sala principal… Mis pies y la ligereza de mi
corta edad me dirigieron a la estancia más alejada de la casa, donde se guarda
la mantelería y la vajilla para ocasiones especiales; esta estancia no se usa
mucho, así que pensé que nadie me encontraría aquí.
Procuré
hacer el menor ruido al ingresar para que el crujir de la madera del piso no
delatara mi presencia, ya que si un adulto se enteraba que estaba en esa habitación me sacaría
tomándome de las orejas mientras me advierte que no debo estar ahí porque puedo
romper algo de la valiosa cerámica celosamente guardada.
Me escondí
detrás de una pesada cortina con labrados geométricos, y tuve tanta suerte de
que una polilla haya carcomido un pequeño agujero que me permitiría ver desde
mi seguro escondite si alguien ingresa en la habitación.
***
Ya ha
pasado algún tiempo, no sé cuánto, y yo sigo aquí esperando a que me
encuentren; yo sabía perfectamente que quién nos buscaba no era humano, Fallech
no era para nada humano, era mudo y ciego, solamente conocía eso, no tenía idea
de su aspecto.
Al ver que
ya había pasado un tiempo considerable sin que nadie me encontrase me disponía
a salir de mi escondite a ver qué había sucedido, justo en ese momento fue
cuando vi una figura raquítica que daba tumbos por las paredes mientras gruñía
en voz baja, lo vi entrar en la habitación, ¡Era Fallech! Un ser calvo y viejo,
de piel tan clara que reflejaba intensamente la luz, sus ojos estaban
totalmente cubiertos por una densa nube blanca, yo lo vi por el agujero en la
cortina, lo vi cuando se paró en frente mío sin advertir mi presencia, olía a
tierra mojada, a hierba y barro podrido.
Fallech se
movía silenciosa y lentamente por la habitación, tocaba las cosas como
intentando dibujar mentalmente todos los objetos con detalle. Su pútrido olor
se volvió tan penetrante que tuve que contener la respiración para evitar una
arcada por el asco que me producía aquel hedor; Fallech no debía verme, no
debía saber dónde estoy, me llevaría consigo si me descubre…
Mis
pulmones ya habían consumido casi todo el oxígeno de la bocanada de aire que había
tomado cuando Fallech entró. Necesitaba respirar nuevamente, ¡y con urgencia!
Pero no podía, el mínimo sonido alertaría a Fallech y me encontraría, debo ser
fuerte y aguantar, ¡pero no puedo sostener mi respiración por mucho más!
Por algún
motivo Fallech no volvió a acercarse a las cortinas, ni las tocó, puede que no
se percató de su existencia. Él había terminado ya de recorrer con sus huesudas
manos todos los muebles, de modo que se disponía a salir de la habitación con
su lento caminar; yo no pude contener más el aliento y me arriesgué a soltar
lentamente el aire por la nariz, esperando que Fallech no me escuche, y así lo
hice, lentamente exhalaba, todo parecía ir bien, Fallech se dirigía a la puerta
y pareció no escucharme… ahora, inhalar de nuevo, lentamente para no hacer
ruido, tendría que aguantar aspirar el desagradable aroma que ya había inundado
la habitación, pero no fui capaz de hacerlo tan silenciosamente. Cuando me
dispuse a inhalar Fallech se detuvo, ¡me había escuchado! Me quedé a medio
camino de llenar mis pulmones. La mezcla del susto por ser escuchado, el olor a
podredumbre y la necesidad de oxígeno hicieron que tomara un sorbo de aire
involuntariamente ruidoso... Es muy tarde, él ya sabe que estoy aquí, me escuchó
¡y ahora se dirige hacia mi escondite!
***
Siento
calor en mi frente y algo que se escurre por mis cejas, ¡es sangre! Recuerdo
que Shachath ¡me había perforado el cráneo!, el dolor acaba de llegar, veo
nubes de colores, mis oídos captan un tono agudo similar a un zumbido molesto… Quedo tendido en el piso mientras Fallech se
acerca a mí, es el fin. Él se sienta en mi pecho y con sus dedos extrae mi
cerebro por el pequeño agujero y se lo come. Todo se desvanece, el silencio
llega y la oscuridad inunda mis ojos.
**** Informe del Forense ******
Hombre de
mediana con edad un hoyo de 4cm de diámetro en la frente, el cerebro ha sido
extraído en su totalidad, encontrándose la cavidad craneal completamente vacía.
El hombre
fue hallado hoy, a las 3pm, recostado sobre su cama, no da muestras de forcejeo
ni existen rastros de sangre a la vista, las paredes de la habitación se
encuentran recubiertas con extraños símbolos y grafos, al parecer el hombre ha
sido víctima de alguna secta satánica.
****************************
- Aquí
tiene detective, entregue este informe en la comisaría y comunique lo antes
posible a los dueños de la mansión.
- Así
lo haré jefe.
- Una
cosa más, ¿vio usted a la cabra que está en el patio trasero? Busque alguien
que se haga cargo de ella, ese golpeteo que hace contra el muro me está
provocando una migraña, esa cabra debe estar loca.
- No
la culpo jefe, no debe haber comido en días, pobre, mírela, está lamiendo el muro.
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